martes, 8 de febrero de 2022

Martín Juan Mazora (1954) nació en Buenos Aires, de ascendencia eslovena. Profesor de Filosofía, ejerció la docencia y la investigación en la Universidad de Morón, en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de San Martín en la que desempeñó, además, el cargo de Secretario Académico.

Es autor de tres novelas: María Magdalena condenada (2004), El doble y sus copias (2008) y Mefisto malherido (2015).

Y es autor de cuatro ensayos: Marx discípulo de Engels. Una nueva lectura de la génesis del marxismo (2017), La sociedad civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual (2003), "La cuestión del comienzo en la Lógica de Hegel. Crítica a la posición de Gadamer" y "El alma bella y la belleza de un alma solidaria. En torno a Hegel y Gustavo Gutiérrez". Los dos últimos trabajos forman parte del libro Espíritu y lógica del cristianismo. Dos ensayos sobre Hegel (2005).

Es compilador del libro colectivo Saber del tiempo, tiempo del saber (1997).

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email: mmazora@yahoo.com.ar
 
 
 
 
Novelas:

Mefisto malherido
Editorial Verbum, Madrid, noviembre 2015.
(Fragmento)


El doble y sus copias
Ediciones Simurg , Buenos Aires, enero de 2008.

(Fragmento) (Reseña Los Parrafistas)


 
(El ensayo figura como bibliografía recomendada en las entradas "Marxismo" y "Friedrich Engels" de la Enciclopedia digital SAPERE.IT, de la Editorial De Agostini)







Marx discepolo di Engels. Una nuova lettura della genesi del marxismo
Aracne editirce, traduzione di Diego Comuzzi, Roma, 2017.
(Frammento
 
 




La società civile in Hegel. Critica e ricostruzione concettuale
traduzione di Dante Pattini, Aracne editrice, Roma, 2015.
(Frammento)

La versione spagnola di questo saggio appare nella bibliografia su Hegel nella Enciclopedia de obras de filosofía diretta da Franco Volpi (Ed. Herder, Barcelona, edizioni 2005 e 2010) e nella Historia de la filosofía di Antiseri e Reale (Ed. San Pablo, Bogotá, 2010 e 2014).
 
 
La società civile in Hegel. Critica e ricostruzione concettuale
traduzione di Dante Pattini, Del Pilar, Buenos Aires, 2014
 

 


You Tube: La sociedad civil en Hegel, por Martín Mazora



La cuestión del comienzo en la Lógica de Hegel. Crítica a la posición de Gadamer
Ediciones del Signo, Buenos Aires, marzo de 2005.

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You Tube: La cuestión del comienzo en la Lógica de Hegel, por Martín Mazora






Patria, de Fernando Aramburu, y Demonios, de Fiodor Dostoyevski, por Martín Mazora





(Fragmento)

Espíritu y lógica del cristianismo. Dos ensayos sobre Hegel
Ediciones del Signo, Buenos Aires, marzo de 2005.

(Fragmento)

La Sociedad civil en Hegel. Crítica y reconstrucción conceptual
Ediciones del Signo, Buenos Aires, julio de 2003.
(Fragmento)
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Saber del Tiempo, Tiempo del Saber (Ensayos)
Compiladores: Carlos Ruta, Daniel Malcolm, Martín Mazora.
Jorge Baudino Ediciones, Buenos Aires, diciembre de 1997.






Novelas:


Mefisto malherido (2015)

(Editorial Verbum, Madrid, 2015)











Ambientada en Italia, de cuño dostoievskiano, El doble y sus copias es, a un tiempo, una sátira y un elogio del peronismo, reflejo de sus luces y miserias, pero es también y ante todo un entrecruce de historias de padres e hijos: un muestreo heterogéneo de ese vínculo ancestral –a la vez, mítico, teológico, social y político– que tiene por figuras protagónicas a «Dios-Señor-Jefe-Padre» y a «Hombre-Siervo-Soldado-Hijo». Fue en Los hermanos Karamázov que Dostoievski formuló la dolorosa pregunta: ¿Qué hijo no desea la muerte de su padre?
Claro que no todo es tragedia en la novela. Una historia de amor fresca y picante hace, por fortuna, contrapeso en la balanza.
(El doble y sus copias, Ediciones Simurg, Buenos Aires, 2008)




"Todo hombre que se precie debería escribir su propio Evangelio", sentencia el autor, haciendo honor a una tradición filosófica y literaria fecunda y diversa: Hegel, Kazantzakis, Saramago, Mayler, entre otros.
El hijo de Nazaret, la pecadora de Magdala, la tentación, el amor, la traición y la muerte conviven en las páginas de esta "María Magdalena" que es a la vez una protesta contra el mundo y un juramento contra el cielo: ¿Cómo entender que una entera civilización haya aceptado la imagen del hijo crucificado, resignándose a la idea del abandono paterno, y que incluso haya sublimado semejante desamparo haciendo de la cruz un emblema de amor divino? Nada de esto hizo la mujer del cabello suelto. Un alma bella como la suya no podía perdonar. Ella decidió vengarse y luchar contra Dios. Como fuere, a cualquier precio.
(María Magdalena condenada, Ediciones Simurg, Buenos Aires, 2004)




Ensayos:




Marx discípulo de Engels. Una nueva lectura de la génesis del marxismo. Más allá de sus diferencias, la tesis de la ruptura epistemológica y la tesis de la continuidad entre el joven Marx y el Marx maduro comparten el presupuesto de que es en la producción teórica marxiana donde se define la constitución del materialismo histórico; en ambas, los primeros trabajos de Engels no ingresan sino a título de meros antecedentes. Sin embargo, en El capital, las obras juveniles de Marx brillan por su ausencia, en tanto dos obras del joven Engels aparecen citadas dieciséis veces: cuatro, el Esbozo de una crítica de la Economía política; doce, La situación de la clase obrera en Inglaterra. La tesis alternativa que al respecto propone el autor podría resumirse en la fórmula Joven Engels, maestro–Joven Marx, discípulo. Como apéndice del libro se incluye el último capítulo de La sociedad civil en Hegel, ensayo de Mazora recomendado como bibliografía sobre Hegel en la Historia de la filosofía de Antiseri y Reale (Bogotá: San Pablo, 2010 y 2014) y en la Enciclopedia de obras de filosofía dirigida por Franco Volpi (Barcelona: Herder, 2005 y 2011). San Martín: Unsam Edita, 2017.


















Il progetto etico sviluppato da Hegel nei suoi Principi della Filosofía del Diritto contemplava di recuperare la bella totalità della polis greca – ideale giovanile a cui non rinunciò mai – senza perciò negare all’individuo – e qui la novità della sua concezione etica matura – il legittimo diritto a una esistenza libera e autonoma. Ma nello sviluppare il principio della particolarità, nucleo del concetto di società civile, il suo movimento immanente e necessario sfociò, direttamente, in crisi economiche strutturali, i cui conflitti civili minacciavano di infiltrarsi nel campo politico, rendendo illusoria quella riconciliazione etica sostanziale che Hegel si aspettava dallo stato. Fu allora che, per salvare il suo progetto politico, incompatibile con l’antagonismo sociale che le crisi generano, relegò quest’ultime su un secondo piano concettuale ed espositivo in contraddizione con i suoi stessi principi metodologici.

Nel presente lavoro l’autore propone di sviluppare una ricostruzione concettuale ed espositiva della società civile, al fine di ripristinare lo spiegamento dialettico interno, scartando le determinazioni non pertinenti ed estranee alla sua razionalità, le determinazioni spurie su cui Hegel costruì l’utopia di uno Stato che riconcilia senza fratture gli interessi particolari con i fini universali della comunità.
La società civile in Hegel: critica e ricostruzione concettuale. Traduzione di Dante Pattini, Del Pilar, 2014.


Nuova edizione di La società civile in Hegel. Critica e ricostruzione concettuale, Aracne editirce, traduzione di Dante Pattini, Roma, 2015.



La versione spagnola di questo saggio appare nella bibliografia su Hegel nella Enciclopedia de obras de filosofía diretta da Franco Volpi (Ed. Herder, Barcelona, edizioni 2005 e 2010) e nella Historia de la filosofía di Antiseri e Reale (Ed. San Pablo, Bogotá, 2010 e 2014).






Sin duda, La dialéctica de Hegel. Cinco ensayos hermenéuticos (1971) de Hans–Georg Gadamer constituye una fuente de consulta insoslayable para toda investigación sobre la lógica hegeliana. En uno de sus cinco ensayos, “La idea de la lógica de Hegel”, el filósofo de Marburgo hace una serie de observaciones –esgrimiendo argumentos que nosotros no compartimos– sobre la cuestión del comienzo de la Ciencia de la lógica, problema al que Hegel dedicó las primeras páginas de la citada obra con el título: “¿Con qué debe ser hecho el comienzo de la ciencia?” Así, pues, en este trabajo nos permitimos discutir las tesis que al respecto sostiene el célebre maestro de la hermenéutica.

Un abstract de La cuestión del comienzo en la Lógica de Hegel. Crítica a la posición de Gadamer puede consultarse en el Hegel studien, ed. Freidhelm Nicolin y Otto Pöggeler, Vol. 27-28, Bouvier Verlag, Bonn 1993.
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El alma bella (tal como la concibe Hegel en su obra El espíritu del cristianismo y su destino) no es un alma solidaria. El amor incondicional que prodiga a su agresor (y, para ella, su agresor es el prójimo por excelencia, de hecho es el único con el que se relaciona) renunciando a todo aquello que él pretende obtener, cediéndoselo libre y voluntariamente (evitando, por tanto, que consuma la ofensa, que estalle una disputa entre ambos y se dañe la armonía de la vida), se muestra, sin embargo, ajena al dolor del prójimo necesitado, oprimido por los múltiples modos en que se articula la agresión del pecado. Empero, un amor limitado no es amor y sin amor no hay belleza posible. Vale decir, la belleza del alma, tal como la plantea Hegel, es una imposibilidad, una contradicción en los términos, pues ya nace privada de belleza, esto es, escindida de la totalidad.





No basta con arriesgar la vida por el prójimo, el amor exige, además, arriesgar por él la propia salvación», leemos en el primer ensayo de este libro, El alma bella y la belleza del alma solidaria, dedicado a El espíritu del cristianismo y su destino de Hegel, una crítica de Mazora fundada en la ética de la Teología de la liberación (A propósito, su novela María Magdalena condenada bien puede ser definida como una versión literaria de esta crítica).
En el segundo ensayo, La cuestión del comienzo en la Lógica de Hegel, el autor discute los argumentos que Hans-Georg Gadamer esgrime en su estudio «La idea de la lógica de Hegel» (La dialéctica de Hegel. Cinco ensayos hermenéuticos).
Los dos trabajos que aquí exponemos nos son, pese a lo que en principio pueda parecer, ajenos entre sí. Y es que El espíritu del cristianismo y su destino constituye el punto de partida de la dialéctica hegeliana.
(Espíritu y lógica del cristianismo. Dos ensayos sobre Hegel, Ediciones del Signo, Buenos Aires, 2005).





El proyecto ético que Hegel desplegara en sus Principios de la Filosofía del derecho contemplaba recuperar la bella totalidad de la polis griega -ideal juvenil al que nunca renunció- sin por ello negar al particular -y aquí la novedad de su concepción ética madura- el legítimo derecho a una existencia libre y autónoma. Pero al desplegar el principio de la particularidad, núcleo del concepto de sociedad civil, su movimiento inmanente y necesario desembocó en crisis económicas estructurales, cuyos conflictos civiles amenazaban con infiltrarse en el campo político, tornando ilusoria esa reconciliación ética sustancial que Hegel esperaba del estado. Fue entonces que, para salvar su proyecto político, incompatible con el antagonismo social que las crisis generan, las relegó a un segundo plano conceptual y expositivo a contramano de sus propios principios metodológicos.
En el presente trabajo, el autor propone llevar adelante una reconstrucción conceptual y expositiva de la sociedad civil, rescatando, por un lado, a las crisis económicas como su contradicción dialéctica inmanente, y desechando, por otro, las determinaciones ajenas y extrañas a su racionalidad, determinaciones espurias sobre las que Hegel construyó la utopía de un estado que reconcilia sin fisuras los intereses particulares con los fines universales de la comunidad.
Este ensayo figura en la bibliografía sobre Hegel en la Enciclopedia de obras de filosofía dirigida por Franco Volpi (Ed. Herder, Barcelona, ediciones 2005 y 2011) y en la Historia de la filosofía de Antiseri y Reale (Ed. San Pablo, Bogotá, 2010). (La sociedad civil en Hegel. Crítica y Reconstrucción conceptual, Ediciones del Signo, Buenos Aires, 2003)

 



Para Platón, apenas una copia de la eternidad; para Aristóteles, sólo la medida del movimiento; una distensión del alma, conjeturó Agustín; lo cierto es que la filosofía vivió por siglos a espaldas (¿o a costa?) del tiempo. La conciencia mítica, justo es reconocerlo, tuvo mayor valor: pergeñó la figura tenebrosa del padre que se perpetúa en el trono devorando a sus propios hijos. Claro que tampoco allí faltó el desatino: su más vigoroso vástago, según decían los antiguos, lo habría vencido en feroz batalla. Hoy, empero, en que todos los dioses comparten inertes el destino de los mortales, Cronos ha vuelto glorioso y triunfante, repartiendo a diestra y siniestra su letal bendición. Sólo el arte se complace en despreciarlo con total irreverencia: "Una cosa bella es una alegría para siempre" (Keats).
A partir de la modernidad, la filosofía occidental se vio obligada a asumir lo inexorable: que el nuevo tiempo del saber ya no podía prescindir del saber del tiempo. El esquematismo (Kant), el concepto existente (Hegel), la conciencia originaria y su desgarramiento (Schelling), el eterno retorno de lo igual (Nietzsche), el tiempo inmanente de la conciencia (Husserl), la cuatridimensionalidad estática (Heidegger) no son sino hitos de un camino apenas esbozado.
(Saber del Tiempo, Tiempo del Saber, Jorge Baudino Ediciones, Buenos Aires, 1997).